A la hora de comenzar un proyecto debemos analizar a nuestros participantes, esto nos tiene que permitir enfocar el modo de relación en el proyecto, el cuál es fundamental para conseguir los objetivos que pretendemos.
Tendremos:
- Proyecto con participantes que van a trabajar en plan «Buen Rollo». Esto no deja de ser síntoma que algo tienen que esconder, pero aunque esto sea así, el clima que se forma excusa los fallos y apoya continuamente. Si no se controla se convierte en un cachondeo ya que los que fallan se piensan que todo el monte es orégano.
- Proyecto con participantes que van a trabajar en plan borde. Todos muy profesionales y a la mínima que se falla en algo, hachazo. Muy efectivo de inicio pero poco solidario y a veces finalmente no muy productivo, ya que los que fallan se alían y hacen la vida imposible al resto.
Yo prefiero trabajar con los del buen rollo, aunque cuando me ha tocado ser él que dirige, a veces es un poco estresante. Si hay algún miembro caradura se puede fracasar y tener que ir al plan borde.
Es importante que ya de inicio en la reunión de lanzamiento, te posiciones. A mí me ocurrió hace poco que en una reunión en la que vas de «buen rollo», una superlista empezó a atacar, pues nada se quita uno el traje de buenrollista y saca la coraza y la espada, y a atacar también. Finalmente, llegamos al «buen rollo», ya que la mayoría de las veces, los que van en plan «borde», no deja de ser también porque tienen algo que esconder y piensan que ponerse a la defensiva les evita que les saquen los colores.
Saludos y mi mejor «buen rollo»…
El factor común que no se puede perder en ninguno de los enfoques es la EDUCACIÓN. ¿Vamos en «plan borde»? De acuerdo, pero sin faltar al respeto 😉
Un abrazo y enhorabuena por el revamping que le has hecho a tu blog. Ya está mi «must read» de Feedly 🙂